Pluma y Papeles por Alejandro Maldonado

Como ya vimos en la entrada anterior sobre Narración, podemos distinguir entre ritmo interno y externo, elementos con los que jugaremos para evitar la monotonía y mantener la atención de nuestro lector. En este sentido, veremos cómo regular ambos.

Ritmo interno

Para el ritmo interno hay varios puntos que debemos tener siempre en mente y no perder de vista, de lo contrario podríamos acabar creando un texto con un efecto muy diferente del que nos interesa. Estos puntos a tener en cuenta son:

Teniendo en cuenta estos detalles, además de los elementos que ya vimos en la entrada anterior (descripción, escena y resumen), como norma general podemos valernos de estos recursos simples según el tipo de ritmo que queramos conseguir:

Ritmo externo

En lo relativo al ritmo externo, este es tan versátil como obras podamos plantearnos. Sí podemos establecer como pautas que el uso de capítulos cortos nos dará una mayor percepción de velocidad, siendo al revés con los largos, pero no es eso lo único con lo que podemos jugar, ya que tenemos varias herramientas a nuestro alcance, tales como:

Estos elementos son solo algunos ejemplos que nos permitirán jugar con la estructura externa del texto, algo que desarrollaremos con más detenimiento en la próxima entrada de cómo escribir en el blog de Novedades. ¡Hasta pronto!