Alejandro Maldonado 2013 - B&W

Aunque su riqueza e incluso importancia es muy variable de una obra a otra, el manejo de los personajes es en general una dimensión clave para el buen funcionamiento de una obra literaria, de modo que hoy abrimos una nueva línea en nuestra categoría de Creación Literaria, intentando proporcionar una guía sobre la elaboración de los personajes.

Una de las claves, por evidente que pueda parecer, es conocer bien a nuestro personaje. No basta con definir aquellas cosas que aparecerán en la obra, como su complexión o rasgos concretos de su personalidad, tenemos que conocer sus gustos, sus inclinaciones, sus valores, sus hábitos, ya que solo si somos capaces de predecir su comportamiento podremos crear situaciones con él que realmente resulten verosímiles. Para ello basta con atender a la misma realidad humana e inclinarnos por las opciones que más nos convengan de cara al desarrollo de la obra.

Según el tipo de obra en la que estemos trabajando buscaremos mayor o menor complejidad en el personaje, por ejemplo, si nuestro género es el de cuentos infantiles, los personajes tenderán a ser muy simples, con comportamientos muy explícitos que representen ese valor o dos que queremos ver aparecer en el cuento en concreto, ya que normalmente buscaremos una moraleja clara (implícita o no) que el niño entienda y asimile, o sencillamente una acción simple con fines meramente de entretenimiento orientada a un público que no tolera realidades más complejas. Por otra parte, si nuestra obra es una novela dirigida a un público adulto, nos interesará más un personaje complejo que se relacione con otros, quizá con intenciones ocultas o que no exprese la totalidad de su personalidad salvo en momentos concretos que harán girar la trama. En este último caso, una manera muy directa de enriquecer la personalidad es introducir rasgos contradictorios, que además de causar conflicto en el personaje, añadiendo contenido a nuestra obra, es el caso más realista en nuestra sociedad.

Como indicaba el austríaco Karl Polanyi, si bien la economía clásica piensa que el problema de la elección en nuestro día a día es la escasez de medios, realmente el problema de la elección es mucho más complejo en el ser humano y no nace de la limitación de recursos, sino de su misma naturaleza, y así, aun con recursos ilimitados, nos enfrentamos a dilemas igualmente por decidir cómo usarlos en cada momento, ya que no puede darse todo a la vez. Este conflicto natural en la conducta humana no es relevante solo para la Antropología, también para el escritor que debe anticiparse a su propia obra decidiendo en qué conflictos de elección se va a ver su personaje (ética o dinero, ayudar a otros o decantarse por su propio interés,etc.), pero sobre todo por qué se va a decantar, ya que esto será el verdadero motor de la trama novelística en la mayoría de sus subgéneros.

En posteriores entradas veremos otras decisiones a las que tendremos que enfrentarnos en la creación de personajes. Seguid mi página para permanecer actualizados sobre cómo escribir y novedades relacionadas con mis obras, como la inminente edición limitada de Villa Umbría. ¡Hasta la próxima entrada!