Pluma Alejandro Maldonado

Hacemos un descanso del pensamiento lateral para presentar otra técnica creativa más exótica pero también muy potente en el ámbito artístico, y es una de las que empleaba Dalí para sus creaciones: las imágenes hipnagógicas.

¿En qué consiste?

Este método se apoya fuertemente en el psicoanálisis de Freud, según el cual en los sueños las defensas que mantienen alejado lo inconsciente de lo consciente caen, y así se expresa a través de imágenes por asociación libre que simbolizan los contenidos del inconsciente.

Lo interesante de estas imágenes desde el punto de vista artístico es que son completamente libres, disociadas de las leyes de la física y las limitaciones de lo consciente, elaborando construcciones que no tienen sentido en un mundo real, pero sí en el mundo ficticio que crea el espacio onírico para la expresión del inconsciente.

Cuando estas imágenes se retienen y permanecen en la memoria pueden explotarse para la creación artística, y en esto consiste el método creativo de las imágenes hipnagógicas.

Aplicación de Dalí

En concreto Dalí lo ponía en práctica mediante siestas cortas que controlaba con un sistema tan rústico como efectivo: se tumbaba en el sofá con una cucharilla en las manos y un plato en el suelo junto a él. Cuando acababa la segunda fase del sueño, antes de entrar en sueño profundo, el tono muscular se desvanecía, dejando caer la cucharilla sobre el plato y despertando a Dalí con el ruido, lo que le permitía tener las imágenes frescas en la mente para aplicarlas en sus creaciones.

Estas imágenes suelen ser visuales y auditivas, y son identificadas como alucinaciones, siendo de gran interés este tipo de actividad psicodélica del cerebro para el psicoanálisis y para artistas como Dalí que apoyaban su arte en él.

Características del método

La efectividad de esta técnica no fue un descubrimiento propio de Dalí, pero sí fue él quien la hizo más conocida por su descripción.

Tanto autores anteriores como posteriores han empleado esta misma técnica, con variaciones prácticas sobre el modo en que se provocaba el despertar antes del sueño profundo (yo mismo la he utilizado en no pocas ocasiones con mis propias variaciones).

Una característica muy explotada por el propio Dalí consiste en la capacidad parcial de dirigir las alucinaciones que se producen en base a estímulos externos. Así, ideas recientes o estímulos como temperatura o sonidos son determinantes a la hora de dar a estas alucinaciones un contenido u otro.

La postura de Freud era que estas imágenes pretendían justificar los estímulos externos ante el cerebro para protegerlo de despertarse y que avanzara hacia el sueño profundo, de este modo se enlazan las imágenes generadas con los estímulos del entorno para crear una narrativa alucinógena que no lleve al cerebro a encontrar motivos para despertar y reaccionar ante una posible amenaza.

Lo más frecuente es que estas imágenes dejen de aparecer al llegar a la edad adulta, pero igual que las sinestesias con las que todos nacemos, pueden estimularse y no se pierden en todos los casos.

Estas imágenes son necesariamente únicas, puesto que parten de nuestro inconsciente y hablan de nosotros con nuestro registro propio de asociaciones, de modo que si eres capaz de explotar esas imágenes con fines artísticos saldrán sin duda obras únicas y cargadas de ti.

¿Te ha gustado esta entrada? Pues no vayas muy lejos porque seguiremos explorando técnicas creativas en este blog. ¡Hasta la próxima!