Baúl de Desván

Resumen

Cuando uno se enfrenta a una conquista amorosa mientras trata de hacer frente a un conflicto personal, resulta inevitable convivir con diferentes estados mentales.

Esta obra recopila los poemas de amor e introspectivos propios de este contexto en el que la felicidad se hace inalcanzable.

La portada de esta obra ha sido creada a partir de dibujos a tinta del propio autor


Fragmento de la Obra

De mí: Poema 21

Se te moja el alma de vida limpia
en el sórdido accidente
que es ser libre
que es vencer la constante lucha
contra lo roto
contra el lastre muerto
contra las cicatrices de batallas perdidas
contra los pasos en cuesta permanente
contra esa parte de la vida
que es sombra
que es sangre
que es dolor
Se te moja el alma de vida limpia
y todo fluye
y no hay relojes que dicten la medida de tu tempo
y no hay muros con tu firma
y no hay cadenas eternas
y nada oprime tus pulmones
y encuentras luz
y movimiento
y olvidas lo imposible
Se te moja el alma de vida limpia
como si nada más pudiera hacerlo
hasta no dejar nada seco
nada sin fuerza
nada en penumbra
todo libre


Acerca de la Portada

Para esta obra se optó por un dibujo realizado a pluma estilográfica sobre papel por Alejandro Maldonado, realizado el 1 de Noviembre de 2009. En este dibujo vemos dos elementos, apareciendo uno en la portada y el otro en el reverso del libro.

De derecha a izquierda, el primer elemento que encontramos se asemeja a una cabeza que emerge hacia el segundo con la boca abierta. Este se identifica con el yo poético de Baúl de Desván, una cara marcada por el dolor con esas líneas que asemejan sangre, y una boca abierta ansiosa por alcanzar su presa, como el amor que persigue el yo poético a lo largo de la obra mientras lucha con sus problemas propios en paralelo.

El segundo elemento se identifica con el receptor de la obra, ese “De Ti” al que se dirige un capítulo entero del poemario. Se trata de un elemento con dos partes, un ojo rodeado por un trazo que parte en su base de una formación similar a las raíces de una planta y que crece con una forma análoga a una pestaña en su zona superior. Se está representando aquí no solo una mirada que persiga el primer elemento de la composición, sino también su continente, a modo de referencia simbólica de la persona a quien pertenece dicha mirada.

Así, en esta portada quedan representados en puntos opuestos del libro el yo poético y el tú receptor, simbolizando cómo el yo poético de la portada tiene que atravesar el libro, capítulo a capítulo, poema a poema, para llegar al otro lado, donde espera el yo receptor que tanto ansía.